Tiene esta película de Gerardo Herrero, "El Corredor Nocturno" (5/10) ingredientes interesantes que además son realmente actuales. El mundo laboral en una multinacional puede ser muy duro, incluso para los que no quieren medrar. Si llevas una calidad de vida que aceptas y, aunque tu trabajo te estrese y te produzca cierta ansiedad (Sbaraglia intenta solucionarlo corriendo por la noche, de ahí el título de la película), pero te consideras satisfecho con lo que tienes, conservar tu status quo no es tan fácil, sobretodo cuando más cerca estás de los puestos de arriba. Así ocurre en el film, donde un "benefactor" (como el diablo que quiere comprar tu alma a cambio de obtener beneficios personales), el magnífico actor "Miguel Angel Solá" aparece espontáneamente en la vida del directivo para proponer primero pero sin aceptar la negativa por respuesta, pasando al acoso personal y familiar, con tal de conseguir hacer del muchacho un auténtico "tiburón" que no tenga ningún prejuicio a la hora de acceder la cima del poder. Como la vida misma.
Si bien peca de momentos de inverosimilitud y situaciones difícilmente creíbles que hacen que el resultado final no sea tan redondo y aceptes la película como un ejercicio de difrute pero sin ninguna pretensión social.
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