Si proviene del director de "Amelie" y "Delicatessen", ya apetece verla. Ha conseguido hacer un cine con una impronta propia, original y distinguible, a camino entre el surrealismo y la crítica social, valiéndose de la comedia y el esperpento. En "MicMacs" (7/10), se vale de un huérfano víctima de las minas antipersona primero y de una bala perdida después, que la vida arrastra a la marginación, pero que allí encuentra a unos compañeros muy especiales que le ayudarán a vengarse de la industria armamentística francesa, causante de las desgracias de su vida. Imaginación al poder, circo y arte, tecnología, amistad y lealtad, crítica y denuncia. En fin, un entretinemiento con mensaje bien envasado y de fácil digestión, con efectos beneficiosos para la sensibilidad y la mente. Sigue la racha del cine francés que salvo algún borron, está en una fase de gran creación y compitiendo con películas que no neceistan de grandes presupuestos ni efectos especiales para cautivarnos.
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