La última de Woody Allen, "Midnight in Paris" (8/10), tiene el mismo efecto que ir a París: te provoca un estado de ensoñación que parece que estás en el mejor de tus sueños. Recurre a la magia que provoca esta ciudad para reflexionar sobre el inconformismo de algunas personas para aceptar la realidad que viven y recurren a sus mitos y héroes para superarse y conseguir lo que pretenden en su existencia. Todo ello made in "Allen", con brillantes y chispeantes diálogos, sonrisas de pura inteligencia, sin dejar de aprovechar la ocasión para retratar el concepto que tiene sobre los americanos, que le hacen más popular en Europa que en su país. No quisiera desvelar los conejos que se saca de la chistera y la magia que utiliza para provocarte un estado de felicidad que dura poco más de hora y media. Sólo decirte que, si como yo, eres fan incondicional de Woody Allen, te gustará mucho, pero si no lo eres o si no lo conoces, es una magníficula película para acercarte a su cine.
Los actores y actrices están estupendos (increíble "Owen", replicando el alter ego del director con gran brillantez), lo cual no deja de tener mérito ya que sabed que Allen no repite las escenas, conforme salen, así aparecen en la película. Por cierto, la presencia de Carla Bruni es testimonial y no deja de ser un reclamo publicitario. Tal vez la fotografía es demasiado de postal, limitándose a enfocar la belleza de la ciudad de la luz, sobre todo cuando llega la noche.
En fin, como alguien decía, las películas de Woody son como una caja de bombones: sabes que te gustarán todos pero unos los saboreas más que otros. Este es especial, disfrutadlo.
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