"El gato desaparece" (6/10) es la última peli de Carlos Sorín, interesante director argentino, que cambiando radicalmente de filosofía se pasa al cine de "tensión" (no llega a ser miedo o terror) psicológica. Jugando con la enfermedad mental que se presta al caso, consigue el interés el espectador con un argumento mínimo. De influencias Hitkochnianas, lo mejor el desenlace totalmente inesperado. Lástima la dicción argentina y el sonido que perjudican enormemente el resultado final.
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