Inclasificable. Tal vez es la palabra para definir la última de Sean Penn. "Un lugar para quedarse" (This must be the place) (6/10) es una película de excentricidades reunidas con una mezcla de ideas irreconciliables, en un tono pretendidamente bajo, para epatar al público a través de imágenes y lugares poco comunes. El resultado es .... depende.... de lo que queramos valorar. Entretiene y gusta el apartado musical, sorprende negativamente el personaje de Penn, con una conducta bastante poco comprensible y real y, en el colmo, la introducción de la trama sobre el holocausto pierde al espectador que no sabe a que atenerse. No obstante, a mí me parece que tiene interés suficiente para ir a verla.
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