No estaba previsto, pero no quería dejar de disfrutar de esta obra en la que se hace un autohomenaje a la gran Concha por la gran Velasco, dirigida nada menos que por mi admirado "Pou". La ví también en su última obra y me pareció grandiosa; también he admirado siempre su alegría natural y fuerza vital. Creí oportuno conocerla interpretándose a sí mismo, en un ejercicio de biografía escenificada. La verdad que no defrauda, es ella en estado puro, transmitiendo su esencia. Podría haberse dramatizado más, o que se yo, pero al final, lo que importaba era que Concha estuviera ahí contándose y feliz de hacerlo y hacernos felices....
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