No resisto la tentación de comentar el bochorno que me ha producido ver el lamentable espectáculo que un energúmeno de nombre artístico "Cobra" ha dado en la televisión pública TVE 1. Se trataba del programa destinado a elegir la canción que nos representará en el "denostado" pero "popular" festival, finalistas de entre miles de candidaturas que han conseguido el favor del voto de los internautas en la página web que TVE habilitó al efecto.
Que las posibles manipulaciones que el voto por internet hayan podido dar cabida a tal impresentable (otros han podido ser eliminados por detectarse "irregularidades" ) ya es de por sí una debilidad del sistema. Pero que se le haya dado audiencia a un esperpento maleducado, cuyas cualidades musicales son más deficientes que su patética imagen, lerdo y me atrevería a cambiar la l por una c, es una falta de respeto al servicio público que se le debe exigir a nuestra televisión pública, máxime ahora que todo el peso de su enorme coste cae sobre las espaldas de todos los españolitos.
Si la libertad de expresión fuese una justificación a darle pábulo, el que no se le haya despedido inmediatamente de iniciar sus gestos e improperios al público asistente tras su actuación, y se le haya permitido exibir su desagradable presencia, ha sido una falta de agilidad y profesionalidad impropia de tan expertos realizadores. Sólo los comentarios del jurado y, concretamente, los de José María Iñigo, han salvado lo que me ha parecido uno de los episodios más denigrantes de la "lamentable" televisión actual.
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